Setenta y tres.


Esas sonrisas extrañas que te dan los desconocidos que hacen que te den ganas de irte corriendo llamando a mami.


Setenta y dos.

  

Pregunta tonterías.
Y te contestarán tonterías.

Setenta y uno.


Sólo aquel/la que me conozca de verdad y se haya parado sólo un ratito a observarme fijamente sabría que una de mis manías es, cada vez que cojo una calculadora, poner la misma suma, mirar detenidamente el mismo resultado y apagarlo para volver a hacer esa suma, esperando a ver si cambia el resultado algún día, aunque resulte estúpido e innecesario. 
Sólo aquella persona sabría que esos números son: 6625285 + 4038254
Sólo esa persona me preguntaría qué significan esos números. 
Sólo esa persona sabría mi respuesta. 
Y sólo esa persona sabría el resultado.

Pero hasta que no llegue esa persona me voy a quedar sentada tocándome las narices.

Setenta

  

La rutina se hace pesada sin esos pequeños detalles que me dan. 
Pero si esos pequeños detalles se repiten cada día, sin parar, entonces la rutina se hace más pesada aún.

Sesenta y nueve.


Por si no te quedaba claro.
¡Mi website es mejor que el tuyo!